domingo, 17 de octubre de 2010

Los peores asesinos son aquellos que sacan lo peor de sí, de su propia naturaleza.

-Los asesinos en serie se ufanan de lo que hacen, pero por su esencia retorcida en el fondo tienen el deseo de ser atrapados y así explicar sus pecados y enfrentarse a la sociedad como liberadores o libertadores. . . Pero como sus víctimas, tienen miedo.

Capitulo 2.- Un asesino.
La mañana del día siguiente en mi ciudad empezó normal, Joaquin se despertó a las 2:30 am, se dio una ducha, beso a su mujer y se fue al trabajo,llego a la compañía en la que trabajaba, abrió la puerta, para encontrarse con los restos de un muchacho de 23 años completamente destrozado y la sangre esparcida por doquier, grito, grito mucho, y luego llamo a la policía. La policía hizo su trabajo muy bien, dedujo todo exactamente como había pasado, pero no fueron apoyados por el director de la compañía como ellos pensaban que lo serian, morgan, el agente policíaco asignado a mi caso, pidió hablar con el director de la compañía en privado, el cual se negó rotundamente a dirigirle la palabra tan siquiera, a menos de que tuvieran una orden judicial.

-Por favor espere señor.- se dirigió morgan a el director de la compañía.-que aquí tengo lo que me pide.- exclamo mientras sacaba de su saco un sobre con la anhelada orden judicial que decía que podrían tener acceso a todo el material que pudieran necesitar, el detective morgan tuvo ese sentimiento de triunfo, al que ya se estaba volviendo adicto, tan solo con ver la cara del director de la empresa cuando el le entrego la orden judicial, ya tenia el día repleto de alegría.
-¿Nos permite pasar?.-pregunto el detective con arrogancia impregnada en su voz.
-Parece que no tengo otra opción.- Le respondió el director de mala gana.
-así es señor, no la tiene.- le respondió el agente, y mientras caminaba por delante del el fue inevitable que una sonrisa se dibujara en su rostro.
Después de este breve dialogo, el detective tuvo luz verde, para revisar las oficinas y vídeos de toda la compañía.

Morgan deshecho completamente la idea de que fuera el director de la empresa la persona que me arrebatara la vida, y estaba en lo cierto, pero no porcompleto.
El día anterior, el director de la empresa, se quedo hasta tarde trabajando en unos papeles que tenia que entregar a la mañana siguiente, el no se imaginaba, no tenia idea, de lo que descubrirían a la mañana siguiente. El susodicho termino su trabajo, y decidió irse a casa a descansar, apago su computadora, camino hacia la puerta, y abandono su oficina, se dirigió a paso calmado hacia el elevador, lo cual le do un poco de tiempo para meditar, y así decidir el bajar por las escaleras, si tan solo hubiera tomado el elevador, hubiera visto de frente mi cara y la de mi asesino, y tal vez así no hubiera muerto, bajo las escaleras a una velocidad promedio, mientras el bajaba, el elevador me acercaba cada vez mas a mi inminente muerte, después de recorrer bastantes escaleras, y arrepentido por no haber tomado el ascensor, y les puedo asegurar que no es el único que se arrepiente de que no lo haya hecho, el director de la empresa se dirige hacia su coche, no sin antes notar el coche de mi agresor, pero no le dio importancia, supuso que alguien mas debería de estar trabajando hasta tarde, por lo cual, cuando puso en marcha su automóvil, y atravesó la reja de salida, decidió no cerrarla, por que quedaba alguien más dentro, lo cual le permitió a eyder escapar fácilmente, antes de que el director llegara a la esquina, subió las ventanillas, encendió el clima, y puso música a un volumen algo bastante ensordecedor, lo cual ahogo por completo mis gritos, y el estruendoso sonido de mi muerte.

La primera intención del detective morgan, fue revisar las oficinas, y entrevistar a los trabajadores, y después, finalmente, se dispuso a revisar todos los vídeos de las cámaras de seguridad de los posibles lugares por los cuales pude haber pasado con mi asesino.
Los encontró bastante rápido para no tener ayuda de ningún miembro de la oficina, por que todos los empleados estaban amenazados, si le daban un poco de ayuda a el agente morgan, lamentablemente, la empresa encontraría a una persona mas capacitada para su puesto, y por desgracia, la compañía tendría que desistir de sus servicios, todas las decisiones tomadas por el director, todas las amenazas, y las ganas de no cooperar, eran movidas por el miedo a que sea culpado de complicidad por lo que sucedió la noche anterior, y por parte de un cruel sentimiento de remordimiento y culpa, que no lo dejaba pensar en otra cosa, que no fuera el "pude haberlo evitado", pero eso no me estaba ayudando en nada.

El agente morgan reviso los vídeos una y otra vez, no quería que mínimo por su parte, hubiera el mas mínimo error y que fuera una prueba irrefutable, el agente morgan estaba algo sentido aún por su caso anterior, lo perdió por no haber planteado bien la evidencia, por no haberse dado cuenta de algunos detalles, los cuales llevaron al asesino de vuelta a las calles, el ser detective era su sueño desde que era un niño, se había preparado años para esto, y nunca, pero nunca había perdido un solo caso, hasta aquella vez, el sentimiento era indescriptible, el sabia que el hombre debería de haber quedado tras las rejas, pero lamentablemente el juez fallo a favor de al acusado, el cual dos noches después, asesino a la señora morgan y al pequeño que venia en camino, de el cual morgan todavía no se daba por enterado, el alma se le hizo añicos al entrar a su casa y ver a su mujer bañada en sangre, y ya sin el mínimo rastro de vida. En ese momento morgan juro, nunca volver a perder un caso en toda su vida, y que todos los asesinos que pasaran por sus manos, quedarían refundidos en prisión. Este era el primer caso que tomaba el agente morgan después de un descanso de algunos meses, y por consecuente, en este punto de su vida, su promesa seguía muy firme, no dejaría que el asesino se escapara, no lo haría.

Una vez que morgan llevo los vídeos a las oficinas judiciales, fue de lo más sencillo identificar a mi asesino.
-agente morgan.- le llamo una señorita rubia, de una belleza física que se daba mucho a desear.
-¿Ya están los resultados alice?
-Edgar Altamirano Hernandez.- le respondió
-Un trabajo excelente y eficaz, como siempre.- la alago el agente.
Alice se sonrojo, y empezaron a platicar de varias cosas, de las cuales no preste mucha atención, mi mente estaba en otra parte en ese momento, ¿Edgar Altamirano Hernandez? el no se llamaba así, o al menos eso no fue lo que le me dijo, no tendría sentido que me mintiera sobre su nombre, si me iba a matar unos momentos después, después de darle un par de vueltas al asunto, decidí ver que era lo que pasaría, así que no le tome mucha importancia, si no era mi agresor, de eso ya me preocuparía después.

Ya identificado en la base de datos, el arresto fue mucho más fácil de lo que yo esperaba, llegaron a la dirección indicada, llamaron a la puerta y el atendió, lo invitaron a salir de su residencia un momento para poder arrestarlo, lo esposaron y le comenzaron a leer sus derechos.
-Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra ante una corte legal, tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo la corte le asignara uno de forma gratuita.
-El señor de la obscuridad es mi único abogado, el es la única persona con derecho a juzgarme y a pedirme cuentas.- espeto con una sonrisa macabra en su rostro.
Morgan lo observo con extrañeza, pero siguió con el proceso, una vez que todos sus derechos le fueron leídos, lo condujeron a la patrulla policíaca, empujaron su cabeza hacía abajo, y lo introdujeron en el automóvil.

Mientras tanto, todo el vecindario observaba admirado todo el proceso judicial al que había sido sometido el dueño de la casa con el numero 293, morgan creía saber lo que las vecinas murmuraban, pensaba que estaban cuchichiando lo de siempre,"¿Que habrá hecho?", "¿Por que se lo llevan?", Morgan no soportaba las preguntas estúpidas de un montón de viejas chismosas a las que siempre les interesaba saber que era lo que estaba pasando, tan solo para tener un nuevo tema para platicar durante las reuniones de todos los jueves en la noche, para tomar el te, y jugar canasta, ¡Mentira!, Morgan sabia que esas reuniones eran todo menos una visita social para estar un rato con las viejas amigas, el sabia que esas reuniones eran para poder enterarse de todos los chismes de la colonia, y poder criticar a la familia de la amiga que esta vez no pudo llegar.

El agente morgan no estaba equivocado, esas reuniones existían, y sobretodo en esa colonia, pero lo que menos pasaba por la cabeza de aquellas ancianas, eran preguntas estúpidas, lo que pasaba por sus mentes en ese momento, eran respuestas, eran secretos, y era sobretodo, información que podría ayudar a resolver muchas cosas de mi homicidio.
El no se hubiera percatado de lo que pasaba por la mente de todas las personas que lo estaban observando, hasta que una anciana con las canas coloradas de azul le dijo:
-Gracias agente, muchas gracias.- con la voz llena de alegría, y al borde de las lagrimas.
-yo solo hago mi trabajo señora.
-Es que usted no tiene idea de lo que nos ha salvado, la maldición que nos ha quitado de los hombros, se ha llevado de nuestra colonia al vil demonio, ahora que dios lo proteja a usted.
-Yo no creo en dios señora.
-Pues empiece a creer y a orar agente, que lo va a necesitar, si necesita platicar con alguien o información sobre lo que esta pasando, aqui nos puede encontrar, mi casa es la blanca que esta en la esquina.
Dicho esto la señora se retiro, y al agente Morgan se dirigió a si auto, sin tener la mas mínima idea de el juego que acababa de comenzar a jugar.

Escrito por pluma de Jorge Albertos Monforte.

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