miércoles, 16 de marzo de 2011

Un cigarrillo.


Abrí el cajón de la mesita de noche, y saque la cajetilla de cigarrillos, tome una, lo introduje a mi boca, y gracias al encendedor de mi llavero, comence a fumar, fumar un cigarrillo me ayudaba a despejar la mente, siempre lo hacia, siempre lo había hecho, pero no se si en este caso lo podría hacer, los problemas me rebasaban, pero en realidad, ya estaba harto de los problema, los problemas te enfermas, te pueden lleva a un grado de estres impresionante, te llevan al precipicio más borrascoso del mundo, en el que pierdes completamente la cordura.


Sentado en mi cama, relajándome, mientras el humo de mi cigarrillo entraba y salia de mis pulmones, sentía como los problemas se iban, benditos estupefacientes.


Mire el portaretrato de la familia, que bonito era cuando ellos seguían aquí, antes de que esa perra me dejara por ese maestrucho de primaria, y se llevara mis hijos con ella, claro, la ley en esos casos siempre esta a favor de la mujer, pero, ¿porque? yo era mejor padre que ella, de eso estaba seguro, como no voy a ser mejor padre, si ella se desaparecía días enteros, sin avisarnos a ninguno donde estaba, claro, tiempo después me entere que esa ramera se estaba revolcando en la cama de ese maestro, y nosotros quien la casa con el Jesús en la boca, pensando que algo le puedo haber pasado esta vez, llegaba días después, como si nada hubiera ocurrido, sin dar expoliaciones a nadie, y haciéndose la mártir cada vez que yo, o sus hijos le hacia alguna pregunta, o algún reclamo.


Pero bueno, no vale la pena hablar del pasado, el presente es prometedor, promete una paz eterna, promete sentirme mejor, promete, promete muchas cosas.


Las palabras del doctor llegaron a mi mente de nuevo.


-Un cigarrillo más y te causara la muerte mi estimado amigo.


Ya era demasiado tarde.

Aquellos ayeres.

Así es como nuestro reencuentro comenzó, te vi pasando por la calle, pero en realidad en eso momento no creí que fueras tu, no creía que el mundo me odiara tanto que pudiera llegar a conspirar así en mi contra, pero si, si me odia así.


Tu sonrisa brillaba como siempre, tu olor me drogaba como aquellas veces, y tu voz, me idiotisaba como toda la vida.


La platica era un tanto aburrida, hasta que esa pregunta vino a la conversación, una pregunta que me hizo flaquear casi al borde de las lágrimas, una pregunta que hizo renacer en mi momento amados, añorados, momentos pasados.


-¿Amor, que nos paso?


-No hablemos de eso, tu sabes bien que fue lo que nos paso, sabes bien que fue lo que nos separo, y sabes bien como me dolió.


-Si, lo se, y me arrepiento como no tienes la más remota idea, extraño esos tiempos, te extraño a ti, con todo mi ser.


-Yo igual te e extrañado como no te imaginas, pero el daño que me hiciste, no se puede reparar, ahí esta, y ahí estará siempre, doliéndome, lastiman dome, matando lentamente al corazón, como el veneno mas letal, que doloroso, va avanzando lentamente, hasta cumplir su tan cruel cometido.


-Lo siento, lo siento y no me cansare de pedirte perdón una y otra vez, y de tratar de vendar ese corazón que tantos momentos felices me dio durante todo el tiempo que estuvimos juntos, no me cansare de extrañar esos labios que me hicieron probar el nuevo sabor del cielo, no me cansare de admirar ese cuerpo, que alguna vez fue mio, y no me cansare de idolatrarte como un dios que todo me dio, y que mi camino abrió para ser un mejor hombre en todos los aspectos.


-Tus agradecimientos me conmueven, y tus lamentos me curan de a poco, pero nada volverá a ser como antes, nada es igual, la historia es para aprender de ella, y no volver a cometer los mismos errores en el presente


-¿Pero, como podrás no cometer los mismos errores si no lo intentas de nevo?


-Nadie dijo que yo no lo intentaría de nuevo, pero no hoy, no así, no contigo.


-Pero, ¿porque?, ¿acaso no recuerdas esa época en la que estábamos juntos?


- A diario.


-¿No recuerdas aquellas hermosas noches que pasábamos juntos, hasta llegar al placer extremo, demostrándonos nuestro amor, y agotados dirimíamos juntos?


-Esos son mis sueños de cada noche.


-¿Acaso no recuerdas esos días en los que me amabas con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu cuerpo?


-Claro que los recuerdo, como olvidar el presente?


Te quedaste atónito, sin respuesta alguna, me tomaste por la cintura y me acercaste a tu, logrando tatuar un hermoso beso tuyo en mis labios, como aquellos días.


- Entonces? porque no intentarlo de nuevo?


-Una vez me dijeron, "el amor es como un cristal, a veces es mejor dejarlo roto, que tratar de hacerte daño poniéndolos juntos de nuevo.", para mi una herida más, una herida tuya más, significaría la muerte.


-Pero tal vez yo sea el que pueda volverte a la vida, y curar todas aquellas heridas que en un principio por mi fueron causadas.


-En estas situaciones, en estos tiempos, en esta vida, es mejor no arriesgarse, irse por el camino seguro, y tu, tu no lo eres.


-Pero aún me amas.


-Si y en dimensiones descomunales, pero me amo más yo mismo.


Te extrañaba.

El sexo sin amor es una experiencia vacía. pero como experiencia vacía es una de las mejores- Woody Allen


Es que no se que es lo que paso antes, no se que fue lo que nos guió de nuevo a este momento, lo importante es que tu mano estaba rosando la mía como los viejo tiempos, tus labios bajaban a lo largo de mi cuello, y te tenia encima de mi, como la primera vez, cada uno de tus movimientos hacían cambiar mi respiración, y todos ellos en conjunto me hicieron comenzar a gemir, no tanto por el placer sexual que estaba sintiendo, si no por el placer que me daba el corazón al sentirte conmigo de nuevo.


Acariciaba tu rostro, y te besaba en los labios, quería decirte tantas cosas, que te había extrañado, todo lo que sin ti había pasado, pero no quería que pararas, así que decidí que habláramos en un rato, cuando ambos quedaramos saciados.


Me fuiste desprendiendo mi ropa con tus grandes y hermosas manos, pero aun así, yo no podía dejar de besarte, hay algo que me impedía dejar de hacerlo, creo que era aquella necesidad de probar tus labios de nuevo, una necesidad que había comenzado a sentir mucho tiempo atrás, no creo, estoy segura, era esa necesidad que siempre había estado jugando en mi contra, que ahora esta eufórica, como un cocainomano que vuelve a probar la droga después de mucho tiempo, no podía desprenderme de ti, y no lo planeaba hacer.


Cuando ambos quedamos completamente desnudos en la cama, paso lo que tenia que pasar, te sentí entrar en mi como un torbellino apasionado en busca de un orgasmo, te sentí una y otra vez, una y otra vez, sin para, constante, satisfactorio, hermoso.


Nadie puede saber lo mucho que disfrute esa noche, lo mucho que disfrute tenerte de vuelta, pero, como cuando un alcohólico en rehabilitación vuelve a pisar una cantina, se siente un placer extremo, impresionante, un placer añorado y soñado desde hace muchos ayeres, pero no siempre lo que se añora, lo que se sueña y lo que se quiere es bueno.


Después de terminar, te acostaste a mi lado, me abrazaste, y yo me apoye en tu pecho, -Te amo.- me dijiste, sorprendentemente, las únicas palabras que pudieron salir de mi boca en esos momento, fueron, -Te extrañe.- en ese momento me di cuenta que el amor había muerto muchas noches atrás, aquella noche en la que me hiciste llorar.

Se pueden construir castillos en las nubes.

Es que en realidad los sueños son muy altos, algunos casi incansables, pero eso no te impide soñar.


Mis sueños, mis sueños han cambiado tanto desde que yo tengo memoria, en primaria, en primaria quería ser actriz, una de las grandes, como la de la telenovela que veia mi abuela, esa mujer era tan bella, y tenia un talento nato indiscutible, en secundaria, cuando mi cuerpo comenzaba a tener forma, ahí decidí que seria super modelo, una estrella, de esas que en su hermoso cuerpo muestran los diseños más caros y hermosos de los diseñadores más famosos, me pasaba horas enteras mirándome en el espejo, primero imitando las poses de las modelos profesionales, y después inventando nuevas, que revolucionarían el mundo de las pasarelas, y que me haría ser, "La modelo", las niñas de mi edad querrán ser como yo cuando me convierta en modelo, ya cuando comencé a estudiar la preparatoria, un nuevo sueño llego a mi, me convertiría en una talentosa diseñadora de modas, mi trabajo llegaría a los ojos de todo el mundo, y mi ropa la usarían solo las mujeres ricachonas, que no tienen otra cosas que hacer mas que gastar su dinero en ropas hermosas, por que se tienen que ver perfectas, ya que es lo único valioso en ellas, su hermosura, lo había decidido, me iría a estudiar a Europa, a la cuna de la moda, París, ahí me convertiría en una de las grandes, haría que el mundo de la moda diera una completa vuelta de 360° , la gente me alabaría, y tendría pasarelas por todo el mundo.


¿En realidad quieren saber que fue lo que le paso a mis sueños?, les describiré como vivo mis sueños, desde que me los aniquilaron, si, uso los diseños carisimos que yo hago, sola en mi casa, con mi maquina de cocer y retazos de tela que pude encontrar en las rebajas del mercado, los uso para salir a trabajar todas las noches, y mi cuerpo, mi cuerpo ahora solo es la sombra de lo que una vez fue, pero aun así, me sirve de atractivo para que me contraten, me paso madrugada tras madrugada mostrando mis "encantos" a completos desconocidos, que pagan por una noche de mi "cariño", flacos, gordos, blancos, negros, jóvenes, viejos, guapos, no la verdad es que nunca hay guapos, no importa quienes sean o que es lo que hagan, lo que importa es que tengan con que pagarme el poder tener unas horas de placer con mi cuerpo.


Así es como mis sueños de grandeza terminaron, encarcelados en una fría y obscura esquina todas las noches, nunca dejes de soñar, porque, cuando tus sueños mueren, no te queda nada más, cuando tu sueños se declaran muertos, en ese momento, tu vida se ha vuelto el peor infierno que te pudieras imaginar, nunca entierres tus sueños, la muerte en un mejor augurio.


Dedicado a Paola Pastrana, gracias por hacerme entender, que pase lo que pase, nadie puede aniquilar mis sueños, te amo.

Únete a nosotros, tenemos galletas, ¡Galletas, lo juro!

Y todo comenzó así, yo estaba sentada leyendo, y lo sentí llegar, lo sentí llegar tan de repente y tan inesperadamente como cuando un camión de 16 ruedas te atropella accidentalmente en el periférico, así, solo... paso.


Si, se los prometo, la idea me llego como cuando un rayo se estampa contra una vaca, así de explosivo fue el encuentro.


En eso memento no tuve más remedio que sentarme a escribir, porque las ideas y la inspiración para la escritura, son como cuando te da diarrea, si no lo haces rápido, te gana, te machas y ya no sirve para nada.


Y así fue como por primera vez tome una computadora y empece a teclear lo que seria el libro más popular de nuestros días, seria mas popular que algún libro en el que todo hogwarts tiene una orgía bizarra con los vampiros y hombres lobo de crepúsculo y tuvieran hijos tan bonitos como Paquita la del barrio, ok no, tal vez un libro así si me pueda rebasar en ventas, creo que hay que eliminar esa idea, o mínimo registrarla en derechos de autor.



Así que ya tenia una idea, pero no sabia sobre que escribir, y la verdad es que no tenia ni la más mínima pista de como hacerlo, cuando de pronto se me ilumino el cerebro, me ilumine como cuando una bomba atómica explota matando a casi el 100% de la población, dejando en ella daños que perduraran por miles de las próxima generaciones, y su hermosa luz atómica resplandece en todas las ciudades cercanas.


Ya estaba escribiendo, pero, poco a poco la idea fue perdiendo intensidad, como cuando vas caminando por la calle y te da ganas se acuchillar a alguien, y la persona que acribillas, poco a poco va perdiendo la fuerza hasta quedar divertidamente fría, así me paso, creo que una idea más grande y ruda no quería que esa idea fuera escrita, o tal vez simplemente lo hizo porque estaba aburrida, o tal vez, lo rubio de mi cabello las vuelve locas de celos, y por eso se matan entre ellas, bueno, hay cosas que nunca lo sabré, como ¿que se sentira ser pobre?, o fea.

Lo supe desde el principio.

La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor.


Sabes, desde que era pequeño sabia que nunca iba a llegar a los 50, desde que soy un niño hay una voz en mi cabeza que me decía, "vive a lo máximo hoy, que no vas a tener muchos mañanas", y no es malo, para mi, es un regalo de hecho, y gracias a eso aprecio mi vida de una forma que las demás personas no lo hacen, es solo que no esperaba que pasara tan rápido.


La verdad es que ¡si! soy un zorro, ¡si! e probado el amor mas veces de las que cualquiera tendría la mas mínima idea, no me importa gastar el dinero que gano, sin ahorrar ni un solo centavo, ¿Que si no me importa el futuro?, la voz que me hablaba en mi cabeza tenia una muy buena explicación para ello, muchas veces brinde por el futuro, aunque sabia que no seria muy largo, pero no había momento en el que no llegara a disfrutar al máximo mi presente.


Todos los problemas que cause, los hice por una muy buena razón, tal vez nadie me entendió, pero les aseguro que lo hice por algo, y no se tienen que enterar del porque, porque los amo tanto que puedo dejar que me odien, con tal de que sean felices.

Viví mi vida como nadie la a vivido, y la disfrute al máximo de eso no cabe la menor duda.


Y así fue, hoy, unos segundos después de ese accidente, se termino mi ultimo hoy, sin un mañana pintado en el horizonte.

Poco a poco me fui desprendiendo de todo, de las tazas de café, los cigarrillos, las copas de vino, de las tardes con los amigos, las noches con mujeres bellas, los coches, cosas coloquiales, que juntas, forman una vida, pero, me despido con felicidad, la muerte llega como una fiel amiga cuando ya viviste, yo ya viví, y ¡Dios como viví!


Por pluma de Jorge Albertos Monforte.

Antes de dormir.

Ya estaba todo listo para irme a la cama, no había sido un buen día en lo absoluto, en realidad no había sido una buena semana, para nada, problemas con mis padres como siempre, no les interesa nada mas que ellos, problemas con Juan, mi novio, dejenme decirles que la persona que creía que el amor era lo más hermoso, y que nunca habían problemas, estaba completamente equivocado, bueno la verdad es que fue muy bueno mientras duro, pero tubo que llegar a su fin, como todo.


No se que es lo que voy a hacer mañana, hoy mi tía me descubrió devolviendo en el retrete todo el almuerzo, obviamente le dije que era porque estaba mala del estomago, porque nadie en mi familia entiende que ya estoy harta de esta gordura, siempre me dicen que estoy loca, que de donde me veo las lonjas, pero ellos no entienden que por eso Juan ya no me ama como antes, claro, y no lo culpo, ¿quien podría estar enamorado de una marrana como yo?, además de fea, e idiota.


Bueno, para que nos hacemos tontos, que yo se aunque descubrieran que no por eso vomitaba, no les importaría, así que un problema menos.


En la escuela, bueno en la escuela me va... me va, no soporto estar encerrada entre cuatro paredes, y ya no tolero a mis maestros, ellos no entienden que tenemos formas distintas de pensar, completamente distintas, pero bueno, ya mañana sera otro día, todo sera distinto, ahora es tiempo de dormir, con ayuda de un somnífero, porque no e podido dormir para nada desde que termine con Juan.


Mientras entraba a mi hermosa cama de agua, pensaba que ya todo pintaría mejor mañana, me acosté, me puse cómoda, conecte el somnífero a la corriente, y lo deje caer sobre mi, tarde unos pocos segundos en quedar completamente dormida.

Una pequeña historia de amor.

Sé que no puedo volar, pero hay alguien que me hace sentir que lo puedo hacer, y esa persona eres tú.


En realidad no se como es que empecé a enamorarme de ti de tal forma, como es que de nuevo empezó a surgir ese sentimiento en mi, y no tengo la más remota idea de como lo haces, pero cada vez que te veo siento que me derrito por dentro, lo amo todo de ti ¿sabes?, completamente, tus ojos, tus brazos, tus manos, tu cara, tu pelo, tu risa, tu forma de caminar, tus piernas, tu forma de vestir, tu forma de hablar, cuando te pones rojo de pena, todo lo amo, cada simple detalle en ti te hace perfecto a mis ojos, te hace ser ese ser humano al que esperaba conocer, con el que tanto había soñado durante todos los años de mi vida, el que me hace querer ser una mejor persona en todo aspecto, solo para que sea digno de ti.


¿Como es que nos hablamos la primera vez?, la verdad ese recuerdo es algo borroso para mi, solo recuerdo que nos sonreímos, y empezamos a platicar de inmediato, coincidíamos en tantas cosas, y no podía dejar de admirarte, por Dios santo, había esperado tanto ese momento, que no sabia ni que hacer, solo un pensamiento vino a mi cabeza. -No lo arruines pendejo y actúa natural.


Te gustaba muchas cosas que a mi me agradaban, pero diferíamos en algunas opiniones, lo que nos llevaba a argumentar nuestros puntos de vista sin discutir, la verdad eran unos días hermosos, crecíamos juntos como personas, como seres humanos y como amantes, cada vez más.


Un día, de la nada, y sin ningún motivo aparente, además del amor, me besaste, el beso más hermoso que jamas hallan probado mis labios, y cuando tus labios se separaron de los mios, y poco a poco abrí los ojos y separe mi mano de tu mejilla, alcance a ver el color rojo de tus expresiones, aunque tratabas de ocultar tu pena, a mi me pareció de lo mas tierna y hermosa, la felicidad era más grande que yo en ese preciso momento y una sonrisa no lograba expresar lo que yo sentía por completo, tome tu cara entre mis manos, y poco a poco fui acercando mis labios a los tuyos de nuevo, hasta que empezaron a rozar, y sentí como mi elixir de la vida comenzaba a extenderse por mis labios, por mis dientes, por mi lengua, me había vuelto adicto a esos besos, a tener conmigo siempre a esos inigualables labios carnosos de color carmesí, que eran la única fuente de mi eterna juventud, cuando aquel beso termino, escuche que me dijeras


-aveces me gustaría huir de ti, pero si no vienes corriendo detrás de mi, me muero.


En ese momento escuche un grito.


-¡Ya es el segundo timbre, corre!


Un grito que me regreso a la realidad, una realidad en la que yo te observaba de lejos, una realidad en la que tu me seguías derritiendo por dentro, una realidad en la que no sabia nisiquiera tu nombre.


De camino al salón nos cruzamos de frente, nos vimos a la cara, y nos dirigimos una sonrisa, y te pusiste rojo, tal vez, solo tal vez, acababa de comenzar la verdadera historia de amor.

creo que me volví invisible.


-Ay mujer, la verdad es que no tengo ni la más remota idea de qué hacer con lo que he descubierto, tantos años de casados, tanto amor, tantas cosas vividas juntos, yo daba la vida por ti, y me pagas con esta moneda, 48 años de casados Ernestina ¡48! tirados completamente a la basura, por Dios santo, ya no eres una rapazuela para dejarte guiar por amores escurridizos, vanos y sexuales, ya estamos ancianos Ernestina, ya se nos ha ido la juventud, nuestra época de vivir la vida ha pasado, ya sólo nos queda esperar a la muerte juntos, pero sin temor, esperarla como una confidente, como nuestra fiel amiga, pero tú ya ni eso quieres compartir conmigo, ya no sé cómo describir estos sentimientos encontrados que haces que tolere este viejo corazón, pero te juro Ernestina que de mi no te vas a librar tan fácil, este viejo va a hacer su lucha por recuperar tu corazón.


-¿Pero de qué hablas Faustino? Tu siempre has tenido mi corazón y lo tendrás mientras palpite, aunque de una vez déjame advertirte que no es mucho, porque este viejo cuerpo ya está cansado, las rodillas ya no me funcionan como antes, las articulaciones ya no sólo me duelen cuando hay frío, sabes, ya casi no escucho con el oído derecho, pero pues así es la vida, sabíamos que esto nos iba a pasar en un momento.


-Para lo de la vejez yo ya estaba preparado vieja, pero no para una traición como esta, no para que destroces mi viejo corazón con que yo descubra que hay un nuevo amor en tu vida, con eso es con lo que yo no podré lidiar vieja, créeme que si tú te vas, yo moriré en la soledad y de tristeza, sabes que yo no concibo la vida sin ti mi viejita hermosa y chula, sabes que este anciano te necesita para cada paso que da, sabes que yo sin ti no soy nada, y como bien dice el dicho que tanto decía tu madre " detrás de cada gran hombre hay una gran mujer", tal vez nosotros no llegamos a ser millonarios mi amor, pero llegamos a juntar nuestros centavos con nuestro sudor, para disfrutar de aquellas cositas juntos, ¿recuerdas aquella ves que te llevé pa' el cerro y que con los centavos que había juntado te compré el reboso aquel?.


-Como olvidarlo mi viejo, si aun lo conservo, na' más que pus ya no lo uso, porque ese era para salir a pasear, y con estar rodillas de porquería, ya no se puede.


-¡aaaa te veías re-coqueta con ese tu reboso! se te veían los ojitos bien pispiretos que tiempos, tiempos que tu tiraste a la basura.


-Pero de que estás hablando mi viejo, ¡yo no tiré nada a la basura!


-Encontré las cartas de ese tal que firma como "El amor de tu vida", me has destrozado el corazón vieja, estoy muriendo.


-Creo que tengo que darte algo mi viejo, algo que estoy segura en este momento vas a necesitar.


-¿Qué es esto?


-Lee esta carta, léela.


En esta casa no hay calendarios y en mi memoria los recuerdos están hechos una maraña, me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de santos que colgábamos alado del tocador, pero, ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas se han ido desapareciendo, yo, yo también me fui borrando, sin que nadie se diera cuenta, primero me cambiaron de cuarto, porque la familia creció, después me pasaron a otro más pequeño aún, acompañado de mis bisnietos, ahora ocupo el desván, el que está en el cuarto de atrás, prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero, se les ha olvidado, y todas las noches por ahí se cuela un viento frío que aumenta mis dolores.


Desde hace mucho tiempo tenía ganas de escribir, pero, me pasaba semanas buscando un lápiz, y cuando al fin lo encontraba, yo mismo olvidaba donde lo había puesto, aaah, a mis años las cosas se pierden fácilmente, la otra tarde caí en cuenta, de que mi voz, también había desaparecido, cuando le hablo a mi nietos o a mi hijos, no me contestan, pero no me oyen, no me miran, no me responden, entonces lleno de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar la taza de café, lo hago así, de pronto, para que comprendan que estoy enojado, para que se den cuenta que me han ofendido, y vengan a buscarme y me pidan perdón, pero nadie viene, el otro día les dije, que cuando me muriera, entonces sí que me iban a extrañar, y el nieto, el más pequeñito dijo "a, apoco estas vivo abuelo" , les cayó tan en gracia que no paraban de reír, tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar una de las llantas viejas, y, ni los buenos días me dio, fue entonces cuando me convencí, de que, soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sique barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de un lado a otro, sin tropezar conmigo, cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil, le llevé un té especial, que yo mismo preparé, como los hacía mi mujer, lo asenté en la mesita, y me senté a esperar que se lo tomara, sólo que estaba viendo televisión, y ni un parpadeo me indicó que estaba consiente de mi presencia, el té poco a poco se fue enfriando, y mi corazón también, un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo, me puse muy contenta, hacía hace tanto tiempo que no salía, y menos al campo, el sábado fui el primero en levantarme, quise arreglar las cosas con calma, los viejos nos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo, para no retrasarlos, al rato entraban y salían de la casa corriendo y echando las bolsas y los juguetes al carro, yo ya estaba listo, y muy alegre esperándolos en la puerta, cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en bullicio, comprendí que yo no estaba invitado, tal vez porque no cabía en el auto, o porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque, sentí clarito clarito como mi corazón se encogió, la barbilla me temblaba, como cuando uno no aguanta las ganas de llorar, antes, hasta besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba el tenerlos en mis brazos, como si fueran míos, sentía su piel tiernita y su respiración bien dulce muy cerca de mí, la vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna, pero un día, mi nieta, Paola que acaba de tener un bebé, dijo que no es bueno que los ancianos se acerquen a los niños por cuestiones de higiene, ya no me acerqué más, no fuera a ser que les pasara algo malo por mis imprudencias, tengo tanto miedo de contagiarlos, pero, yo los bendigo a todos, y los perdono, y los amo, porque son mi familia, son mi sangre, y después de todo, ¿qué culpa tienen los pobres de que yo me haya vuelto invisible?


Atte: el amor de tu vida.


-Estas son tus cartas mi viejo, me llegaban hasta aquí, hasta el mismito cielo, y ya que por fin estamos juntos de nuevo mi amor, nada nos va a alejar de nuevo.


Escrito por pluma de Jorge Albertos Monforte.