domingo, 17 de octubre de 2010

El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele.

Capitulo 7.- la venganza.

Yo se que el agente Morgan se encontraba feliz, o al menos eso era lo que le parecía a mi fantasmal presencia, hasta que llego a su oficina, y la tragedia dio inicio, tomo la carta que estaba en su escritorio, la abrió, y poco a poco mientras la leía su expresión fue cambiando a enojo e impotencia, cuando la termino de leer tiro la carta, y cuando estaba a punto de gritar, vio que había algo mas en el sobre, lo tomo, y saco de el una foto de dos hombres besándose, al primero lo reconoció al instante, era Edgar, pero cuando vio al segundo, las lágrimas empezaron a brotar de su rostro incontrolablemente, no era cualquier hombre, era el asesino de su esposa e hijo, el agente Morgan entro en un estado de shock, perdió la noción de el tiempo y el espacio, tomo su arma del cajón, reviso que tenga balas, y se dirijo a la puerta, y busco a el hombre por todo la ciudad, hasta que se le ocurrió ir a la casa en la que habían arrestado al asesino, cuando llego a la casa,entro a la fuerza, y vio a Edgar sentado frente a la puerta, esperándolo.

El agente Morgan no dejaba de recordar ni un solo segundo la promesa que le había hecho a su esposa, no dejaría a ningún criminal impune, eso correría por su cuenta.

-esto es lo que querías, ya lo tienes pero no puedo mas con esta pena, con esta culpa y con este sufrimiento.- el agente desenfunda su arma... en medio del drama del llanto, apunta a el asesino que esta sentado enfrente de el.- pero hice una promesa, y no quedaras impune de tu crimen, bastardo.- pensó unos momentos mientras lo apuntaba con el arma.-no, nuca seré igual a ti, todo menos eso.- giro el arma, la introdujo en su boca, y se escucho un disparo ensordecedor, acto seguido, el agente se desplomo muerto y se dejo percibir un enorme charco de sangre.

Edgar rió como demente, alzó las manos hacia el cielo y gritó.-lo hice amor. logre el cometido, te vengue, asesine a una persona y nadie me castigo, y mi venganza resulto mejor de lo planeado, jajajaja.

De entre las sombras logre distinguir a una mujer, una anciana por sus torpes movimientos, de acerco lentamente y golpeo en la cabeza a Edgar con un utensilio de cocina, y Edgar rodó inconsciente por el suelo, la anciana, en medio de la obscuridad, le desprende el arma al agente Morgan de las ya frías manos, y se dirige a un rincón, unos momentos después, Edgar reacciona, se trata de parar, se tambalea y se agarra de una pared para estabilizarse, a tientas camina hacia un interruptor y enciende la luz, vio a la anciana con las canas azuladas en la esquina apuntando con el arma, y a continuación, Edgar pronuncio unas palabras que nunca podre sacar de mi mente ya muerta.

-¿madre?
-¡no me llames de esa forma, me repugnas!
-siempre te repugne, nunca aceptaste mi "estilo" de vida
-¡bien sabes Edgar que no es por eso!, como pudiste asesinar a un hombre, y hacer que una persona de la ley en loquesca a tal grado de llegar al suicidio.
-de que hablas mamá, tu bien sabes que acabo de salir de recuperación psiquiatrica, y que lo que hice, no fui yo, solo no estaba en mis cabales, y no se por que este hombre acaba de hacer lo que hizo.
-no me vengas con mentiras Edgar, a mi, que soy tu madre, sospeche desde un principio que no estabas loco, pero, después pensé que no tendrías motivos, para fingir, así que te creí, hasta ayer, que te vine a ver, y vi la carta en la mesa de la cocina, cuando la lei no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, ¡Edgar eso no tiene nombre!
-Lo sabía, yo había dejado la carta en la cocina, no en el comedor, si, si tiene nombre mamá, se llama venganza, deberías de estar orgullosa de mi, pude hacer todo, y nadie pudo contra mi.
-estas demente.-baja el arma mamá.
-no me llames mamá, que tu no eres mi hijo, desde hace muchos años que ya no te reconozco, te volviste otro desde que te volviste novio de ese pelafustan, no me importaba si era hombre o mujer Edgar, solo que no fuera el, pero como siempre nunca me hiciste caso.
-baja el arma mamá, ¡bajala ahora!
-lo siento hijo, pero alguien tenia que hacer que te llegue el castigo que mereces.
-¿y quien lo va a hacer?, ¿tú?, ¡por favor!, me haces reír.- saco un arma de su bolsillo y apunto en dirección a su madre.-bajala mamá o simplemente no respondo.
-lo siento hijo.

Acto seguido se escucharon dos disparos, y el cuerpo de Edgar fue resbalando poco a poco al suelo, dejando en la pared una enorme mancha de su sangre, dejando la marca de su muerte, la anciana que en su momento le dio las gracias al agente por realizar su trabajo, con las mejillas llenas de lágrimas se dirijo a la cocina, limpio el arma y la volvió a colocar en la misma posición en la mano de el agente, después le limpio la mano a Morgan, para eliminar todas sus huellas, y camino hacia su casa, para fallecer a causa del cancer unas semanas después.

La policía nunca se explico como ambos acabaron muertos, si la autopsia revelo que el agente Morgan murió antes que Edgar, pero ambos fueron heridos con balas de la misma pistola, el caso nunca se resolvió, por que las únicas huellas que estaban en el arma eran las del agente.

Ahora cada quien ira a donde se merece, yo podre descansar en paz, y el agente Morgan, se reunirá con su hermosa familia después de mucho tiempo,y edgar, de edgar mejor ni hablamos, no creo que le espere una eternidad agradable.

Escrito por pluma de Jorge Albertos Monforte.

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