domingo, 17 de octubre de 2010

La muerte, es más dura asumirla que padecerla.

capitulo 5: Morgan.
Ni siquiera sé como yo supe sobre su historia, solo sé que lo sé, cuando eres fantasma suele pasar con mucha frecuencia, bueno, en el poco tiempo que llevo, me ha pasado varias veces, se cosas que nunca en mi vida había sabido, y lo mejor de todo, tenía algo completamente espectacular, me podía permitir ver el momento en el que la persona en la cual me concentrara estuviera pensando, era como una especie de “flash back” en mi mente, pero sobre los recuerdos de alguien más, había sido divertido durante algún tiempo, como cuando el Agente Morgan y todos los demás dormían, yo salía a rondar y a husmear los sueños ajenos, ya que yo no podría soñar de nuevo, me tendría que conformar con los sueños ajenos, es increíblemente extraño lo que la gente puede llegar a soñar, la mayoría de hombre sueña con sexo, sexo y mas sexo, eso ya lo sabía, me pasaba a mi cuando estaba vivo, pero los sueños de las mujeres son demasiado extraños y complicados, pueden inventarse una completa vida, y un alter-ego en sus sueños, en ellos se enamoran, rompen, son tristes, felices, etc. Etc., eso es algo demasiado complicado para mi, se supone que los sueños son para relajarte, y alejarte de la presión de la sociedad, pero, en sus sueños, se atascan en problemas, en enamorarse y desenamorarse, no creo que todas la mujeres sueñen con eso, o al menos eso quiero esperar, pero, en los sueños en los que me escabullí, la mayoría eran completamente complicados, prefirió millones de veces mis sueños de hombre, las tan excitantes fantasías nocturnas, o los sueños completamente relajantes, una caminata por la calle, ver a la gente pasar y no sentir la preocupación de nada, poder hacer lo que quieras sin presión alguna, poder ir a tomar un café y leer un buen libro, sin estar apresurado, o tal vez sentarte en un parque a alimentar a los pichones, definitivamente, después de un día de estrés, esos sueños relajantes eran absolutamente hermosos, perfectos, y adorables, el Agente Morgan, tal vez por su precio laboral, o por el caso que estaba llevando en ese momento, el mío, sus sueños eran un reflejo de que necesitaba un completo descanso y relajarse un poco, todos sus sueños eran de lo más tranquilos, porque su cuerpo se lo estaba pidiendo a gritos, hasta que un
día, tan solo sucedió lo que tenía que suceder, él solo, sin que yo se lo pidiera, o lo necesitara de alguna forma, me conto su historia, me conto su peor pesadilla, lo cual me llevaría a entender su final más adelante.

Esa noche llego completamente cansado, tomo una copa de vino en la sala, mientras en su mente, recordaba los momentos más felices que pudo vivir junto a su esposa, lo recordaba todo de la forma más precisa, y los detalles era lo que más lo hacían sentir que el recuerdo estaba vivo de nuevo, lo cual, no era nada saludable para él, cuando Morgan hubo terminado su copa de vino, subió lentamente las escaleras, se dirigió hacia la puerta de su recamara, la abrió lentamente, y al borde de las lagrimas, se dejo caer lentamente en la cama, para empezar a soñar, o mejor dicho para empezar a sufrir la cruel pesadilla que estaba a punto de comenzar a recordar, cuando se hallaba completamente dormido, no pude soportar más la tentación, decidí introducirme en su mente, a ver qué era eso que tanto se esforzaba por ocultar, tal vez no les gustara la historia que estoy a punto de empezarles a contar, ni siquiera a mí me gusta recordarla, pero es necesaria para que entiendan el desenlace de esta historia, de mi historia.

Sentí que todo comenzaba a moverse de golpe como de costumbre, que su mente comenzó a succionarme de alguna manera muy extraña, y cuando me di cuenta estaba situado a un costado de Morgan, solo que algunos años más joven, y con varios músculos más, se veía contento, tenía una sonrisa en su rostro, algo que en todo el tiempo que estuve junto a él, nunca vi.

La trágica historia comienza en la estación de policía, cuando le avisaron al Agente Morgan que habían detenido al sospechoso que tanto estaban buscando, y todo gracias a sus pistas, todo trascendía con la tranquilidad posible cuando arrestan a un nuevo sospechoso, nada anormal había pasado, todo iba como debía de ir, o al menos eso era lo que le decían, por que el arrestado no era de su incumbencia, el solo les había ayudado a los agentes a resolver el caso, pero no era un crimen en su área, así que no podía tomar cartas en el asunto, las pruebas eran irrefutables, el prisionero fue llevado hasta la corte, y el jurado fallo a favor del estado, declarándolo a cadena perpetua por haber asesinado a 2 personas, estuvo algunas semanas en la cárcel, y después “se quito la vida”, se suicido de una forma bastante peculiar, se las relato brevemente, su tío pago una cantidad muy llamativa a los policías que lo cuidaban para que hicieran que el reo pudiera salir, y después de que el lograra escapar en uno de los coches de la penitenciaria, en la madrugada, “el mismo iniciaría el fuego en su celda”, ese fuego le quito la vida a varios reos que estaban en las celdas conjuntas, quedaron completamente carbonizados, por lo que nunca pudieron identificar los restos, y no se dieron cuenta, que uno de los cadáveres que estaba ahí, había sido puesto antes de que los policías empezaran el fuego, así que para los registros, el acecino perdió la vida aquella noche, pero eso no fue lo único que el tío logro comprarle a los policías corruptos con la tan “jugosa” cantidad de efectivo, si no también le proporcionaron “accidentalmente” en una carpeta, todos los datos del agente que había encontrado todas las pruebas que lo habían condenado, y con la carpeta en mano, que citaba “Agente Morgan” y en un coche último modelo, el asesino, perdió la vida en su celda.

Ya que había salido de prisión, regreso a su casa a ver televisión, disfrutar de un almuerzo decente, tomo una ducha, se arreglo, y partió hacia la casa del agente Morgan a cobrar su venganza, después de avanzar algunas cuadras en el coche en el que se había retirado del reclusorio, se bajo en la casa numerada con el 384 como señalaba la carpeta, toco el timbre 2 veces seguidas, una hermosa mujer de piel morena, abrió la puerta, llevaba un vestido rojo que hacían resaltar por completo sus atributos.

-¿Si buenas noches que desea?-pregunto amablemente.
-Buenas noches señora, busco al Agente Morgan.
-El no se encuentra, pero me puede dejar el recado, y yo se lo comunico apenas regrese.-se ofreció la mujer.- ¿Quién lo busca?.
-Un compañero de trabajo.- mintió.
-¿De trabajo? haberlo dicho antes, pase.-le abrió la puerta.- tome asiento.

La escena se desvaneció en ese preciso momento, y lo siguiente no es lo más agradable de la historia.

Morgan llego a su casa cansado después de un arduo día de trabajo, solo para encontrarse a su esposa bañada en sangre en su sala, con el cuerpo completamente apuñalado y mutilado, de la misma forma que lo hacia el asesino que había “muerto” ese día en su celda, en medio de la desesperación, el shock y el llanto, corrió a su habitación, tomo la pistola del buro, y salió a su sala dos segundos después, empezó a dar vueltas alrededor del cuerpo y a gritar palabras altisonantes mientras no le cesaba el llanto, sin haberse dado cuenta de un pequeño detalle, el asesino estaba sentado en el comedor y observaba todo lo que estaba sucediendo, cuando Morgan sintió la presencia extraña, giro bruscamente la cabeza, y disparo el arma varias veces, que se impactaron en el pecho del agresor de su mujer, se acerco a él, lo reconoció al instante y le dijo.

-Púdrete en el infierno infeliz.
-me.-respiró.-pudriré.-respiró.-en el, - respiró.- pero tu.- respiró.- lo harás.-respiró.- en la cárcel.
-estas equivocado, tu moriste hoy en la mañana en tu celda, yo no te mate.-le apunto una vez más con el arma, y le disparo justo entre las cejas.

Morgan fue junto al cuerpo de su esposa, y estuvo con ella por horas, se paró un momento, y se dirigió al otro cadáver, ese recuerdo es completamente borroso, pero Morgan desapareció el cuerpo del asesino, y cundo regreso a casa, encontró una prueba de embarazo positiva sobre la mesa, la cólera y la ira siguen presentes después de todo este tiempo, justo en el momento en que se dio cuenta que no solo había perdido a su esposa, si no a su progenie igual, hizo una promesa, nunca en la vida se le escaparía un delincuente de las manos, los refundiría a todos en la cárcel.
El último recuerdo que pude ver en el asesino de su mujer antes de que muriera, fue uno en el que le estaba entregando una carta a su tío, que decía al frente, para el amor de mi vida.
-Por favor, entrégasela, para que sepa los motivos por los que me “quite la vida” en esa celda.
Después, la imagen se fue desvaneciendo poco a poco, y regrese a la recamara del Agente, en ese momento tomé conciencia de lo importante que se había vuelto en su vida la “justicia”, pero también me di cuenta de lo miserable que era desde aquel día, sin lugar a dudas, la venganza del asesino de su mujer, había surgido un mucho mejor efecto del que se había imaginado, y al Agente Morgan aún le faltaba mucho por sufrir.

Escrito por pluma de Jorge Albertos Monforte.

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